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Bienvenidos al blog de artículos destacados
Vivimos rodeados de información, pero también de desinformación y de todo tipo de rumores. Es difícil orientarse entre ellos, tanto en la vida cotidiana como, en sentido figurado, al escribir tesis y otros trabajos académicos o blogs informativos como el que estás leyendo.
Una cita de un empresario y visionario, que puede aplicarse fácilmente a la redacción de tesis, ilustra perfectamente la situación:
Navegar por los recursos que necesitas para encontrar la información en la que basar tus ideas no es fácil. A continuación como agradecimiento a tu visita te ofrecemos cinco consejos que te ayudarán en el camino.
Criterios de calidad de las fuentes de información
La calidad de las fuentes de información puede evaluarse en función de distintos aspectos. Entre los básicos está la experiencia del autor.
Luego están la objetividad e imparcialidad de la presentación de la información. También es importante la exhaustividad y, por último, la pertinencia. Veamos cada uno de los criterios con más detalle.
Experiencia del autor
Examinemos al autor, ¿es realmente un experto en el campo de interés? ¿O es un experto, pero en un campo diferente?
En cierta ocasión, cuando en 1914 se celebró un congreso de científicos naturales, médicos e ingenieros, acudieron prácticamente todas las personas con formación universitaria, que entonces todavía tenían una visión amplia. Hoy la situación es diferente, y la profundización de los conocimientos en muchos campos ha provocado una división en especializaciones, aquí más amplias, allá más estrechas.
Incluso hoy en día podemos encontrar a un experto de renombre en su campo comentando otro campo completamente distinto y automáticamente se le considera un experto. No digo que sus opiniones tengan que ser erróneas, pero debemos ser cautos en estos casos. ¿Se dejaría extirpar el apéndice por un premio Nobel de astrofísica?
Además de los expertos, también podemos obtener mucha información de profanos que llevan mucho tiempo dedicándose al tema en profundidad. Por supuesto, también depende del campo. Muchos aficionados pueden y suelen tener amplios conocimientos en el campo que investigamos, pero aquí también se aplica la regla de la investigación exhaustiva.
¿Están realmente interesados en el campo y en estudiar nuevos conocimientos? ¿O es sólo un "sabelotodo" que se encoge de hombros en las redes sociales?
También es buena idea fijarse en la ubicación del autor. ¿Pertenece a una institución científica, al gobierno o al sector privado? Una pista es, entre otras cosas, el estilo de presentar la información y, por último pero no menos importante, la corrección gramatical.
Objetividad
La información en la que te basas debe ser objetiva. Por supuesto, también en relación con tu tema. No deben ser parciales, siempre citas hechos, no impresiones.
Imparcialidad
La objetividad también está relacionada con la imparcialidad. Si tratas un tema muy conflictivo, busca fuentes de ambos "bandos".
Por ejemplo, ¿debe demolerse un importante edificio histórico? Investiga los puntos de vista de ambas partes. Comprobarás que no sólo es importante el punto de vista de los veteranos, sino también la evaluación estructural. El mismo principio puede aplicarse a ejemplos en los que no sea tan llamativo.
Coherencia
La coherencia también es importante; la información no debe sacarse de contexto ni editarse a propósito. Esto es obvio, pero en la práctica puede resultar un poco difícil. Siempre hay que intentar encontrar las fuentes originales. El punto uno, que ya se ha tratado a fondo, también eliminará en parte este problema.
Relevancia
Las fuentes que publican información obsoleta no dan una impresión creíble. Por otro lado, si usted es, por ejemplo, un aficionado a la historia, probablemente sea inevitable investigar fuentes históricas.
Pero incluso en este caso, hay una diferencia entre datos históricos y datos desfasados, es decir, datos que ya han sido refutados por historiadores anteriores a usted. A no ser, claro, que el objetivo de tu trabajo sea precisamente la confrontación.
Ventana histórica al final
Recuerdo en la "prehistoria" cuando necesitaba averiguar qué era un varán para el colegio. Pues muy fácil, basta con hacer clic un par de veces y el "tío googly" nos mostrará una foto del mismo.
Claro que hubo un tiempo en el que había que telefonear (si tenías la suerte de tener teléfono fijo, los móviles eran tan ciencia ficción como los ordenadores, si no, tenías que llevar un puñado de monedas a una cabina de la calle 😊) a familiares y amigos. Y si no podían aconsejarle, los siguientes pasos le llevaban a la biblioteca.
Suena difícil, pero por otro lado, si ya has obtenido alguna información de forma complicada, se te queda grabada en la mente. Hoy en día es mucho más fácil conseguir información, datos y datos, pero es aún más difícil orientarse. Cada vez es más difícil distinguir lo esencial de lo inútil superpuesto, saber si procede de una fuente fiable y es relevante para nosotros.
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